Este artículo quiere encajar todas las piezas de un puzzle que se llama Iberia Express. Se basa en el análisis de hechos que han ocurrido en los últimos años en el entorno de la aviación española y pretender dar una explicación al comportamiento de los protagonistas de un conflicto que sólo tiene una solución: negociar y llegar a un acuerdo.



Hace ya algunos años se facilitó enormemente la formación de pilotos en España. En poco tiempo el mercado laboral se llenó de pilotos en paro, con licencia pero sin experiencia, que optaban a las ofertas de empleo de las aerolíneas.

Esto produjo un empeoramiento considerable de las condiciones de trabajo y salariales de los nuevos copilotos, que en muchas ocasiones debían costear su propia formación dentro de la empresa. La habilitación de tipo se convertía así en la cadena que ataría al piloto a la empresa.

Vueling, pionera en este tipo de contratos en Europa, fue más allá e hizo de esto un negocio. El piloto costearía el curso de habilitación de tipo en exclusiva en CAE Madrid -más de 20.000 euros- y tras un primer contrato temporal abandonaría al piloto para captar otro nuevo, dispuesto a hipotecarse.

Sin embargo, las condiciones laborales y salariales de los pilotos con experiencia seguían casi intactas. El Sepla, para algunos el sindicato que mejor representa los valores del sindicalismo (aunque resulte paradójico), supo defender el status del colectivo de pilotos, a pesar de que no fue capaz de evitar el deterioro de las condiciones de los copilotos. El COPAC por su parte no hizo su trabajo y miró a otro lado.

Las compañías aéreas, incapaces de romper con la hegemonía del todopoderoso sindicato, empezaron a estructurar una maniobra que debería romper el Sepla. Para ello contó con la inestimable ayuda del Gobierno socialista.

UN POCO DE HISTORIA

En pleno contexto de crisis Air Nostrum anuncia la compra de aviones Bombardier, IAG acuerda la fusión y habla del crecimiento de BA+IB por las sinergías, Air Europa se alía con Iberworld para crecer, transformando Orizonia en una compañía de vuelos regulares, etc.

Vázquez y Sánchez-Lozano acuden al Sepla y establecen una vía de comunicación excelente. Los planes de crecimiento de la compañía son un estímulo para los pilotos, que colaboran con la empresa cuando las cenizas volcánicas afecta a toda Europa o, más tarde, con el conflicto con los controladores. Se consuma la fusión de IAG: Vázquez presidente, Sánchez-Lozano consejero de IAG y se suben el sueldo un 56%. Cambia la estrategia.

Los controladores aéreos lanzan entonces un órdago al Gobierno, y tras el cierre del espacio aéreo español interviene el Ministerio de Fomento para desmontar el USCA, sindicato de los controladores. Pepiño Blanco, entonces ministro, afirmó que los siguientes serían los pilotos y el propio Sepla.

NUEVO CONTEXTO

La crisis se agudiza, Grecia se convierte en protagonista en Europa, el euro de tambalea, España alcanza otro récord en la tasa de desempleo, se cierran empresas… la situación es insostenible y los medios de comunicación refuerzan el peor escenario.

Ante la situación real de crisis y la alarma extendida en la sociedad se inician los recortes en todos los ámbitos ¿por qué no aprovechar la oportunidad?

Nadie es ajeno a la crisis. Air Nostrum acuerda un ERE temporal con los pilotos (trabajar los mismos días al mes mientras 3 días libres se convierten en 3 días despedido), Air Europa carga contra sus pilotos y traspasa producción a Orizonia, Iberia anuncia que trocea la compañía y traspasa aviones a Iberia Express…

Se produce el cambio de gobierno, llega el PP e inicia la reforma laboral, tan aplaudida por el poder económico.

CONFLICTIVIDAD

Los trabajadores de Iberia se sublevan, pero la dirección logra acuerdos en tiempo récord con los sindicatos UGT y CCOO. Cuatro de los cinco sindicatos de TCP, cuyo futuro también depende del número de aviones, desconvocan inexplicablemente las movilizaciones. La dirección explica la clave: se trata de desmontar el Sepla, y algunos sindicalistas, con un amplio sentido del deber, aceptan lo que sea.

Iberia acelera planes. Hay que traspasar el máximo número de aviones a la Express en el mínimo tiempo posible. Es una carrera contrarreloj, antes de que la situación sea insostenible. Sin embargo sigue el principal problema: no hay pilotos con experiencia. Vueling «fabricará» comandantes. Copilotos con sólo tres años de experiencia y 3.000 horas de vuelo serán promocionados a lo largo del año.

PILOTOS CON EXPERIENCIA EN PARO

Entonces Spanair cierra. Algunos acusan en Cataluña al Gobierno central por su interferencia en las negociaciones con Qatar (Madrid abre la puerta de la T4 a Qatar mientras Iberia cierra acuerdos). Más de 300 pilotos procedentes de Spanair con experiencia entran en el mercado de trabajo.

El Sepla, reacciona incentivando la salida de pilotos españoles hacia Asia y Oriente Medio con elevados salarios. Los pilotos de Spanair marchan a Doha para volar en Qatar, otros a Asia. Algunos entran en Vueling con la promesa de ejercer de comandantes en poco tiempo. Mientras, la low cost de Barcelona selecciona un grupo de comandantes y segundos sin afiliación al Sepla que irán a Iberia Express.

Air Europa, que tiene líneas en código compartido con Spanair, inexplicablemente no aumenta vuelos tras el hueco dejado por la recién quebrada compañía, y sin embargo anuncia una reducción de la plantilla de pilotos. El Sepla-Air Europa presenta una lista de 60 pilotos que marcharían voluntariamente, pero la dirección de la compañía acuerda (inexplicablemente otra vez) con el Ministerio de Trabajo expulsar a 45 pilotos forzosos.

Mientras, Ryanair ajena a las maniobras de las compañías españolas, anuncia que cubrirá el hueco dejado por Spanair aumentando frecuencias de vuelo con sus aviones y tripulaciones.

Iberia Express necesita pilotos con experiencia, de nada le sirve los cientos de pilotos con licencia CPL y sólo 300 horas de vuelo. Algunos de los recién despedidos de Air Europa llaman a la puerta de la Express, donde les esperan con los brazos abiertos, salarios recortados y convenio nulo. El Sepla, por su parte, presenta nuevas ofertas de una compañía china con salarios de 12.000 euros mensuales para pilotos con experiencia.

PROBLEMAS PARA IBERIA

¿Dónde está la presentación de la nueva compañía ante los medios que anunció hace semanas el consejero delegado?. Los esfuerzos del señor Bujía (ex director de la DGAC y administrador de Iberia Express) por acelerar los trámites en Aviación Civil no han sido suficientes, y hay quien asegura que no estarán listas todas las autorizaciones el día 25 de marzo.

Volotea lleva meses esperando la autorización de la DGAC para operar con sus aviones, a pesar de que su página web ya vende vuelos en Internet. Sin embargo los directivos de Iberia insisten en que Iberia Express iniciará sus vuelos el 25 de marzo. Las prisas nunca han sido buenas en la aviación, y algunos especulan que será Vueling quien inicie los vuelos de la Express.

Por otro lado, Iberia está viviendo el año más complicado de su historia reciente, con retrasos y cancelaciones récord. Los nervios en el equipo directivo son cada vez mayores, y con el despido indiscriminado de cuatro pilotos se pretende aumentar la presión hacia el Sepla. Sin embargo los pilotos siguen con su convocatoria de huelga en puentes y vacaciones. Y por primera vez no van solos, sindicatos de tierra y de TCP también secundan las movilizaciones.

El margen de confianza de IAG hacia Sánchez-Lozano se está agotando, y un conflicto que se preveía corto está alargándose demasiado. El Sepla denuncia que Iberia se está convirtiendo en la low cost de British Airways. Rodrigo Rato, consejero de Iberia, intercede ante el Gobierno para apaciguar ánimos. Representantes del sector turístico claman para que se ponga fin al conflicto.

Iberia pierde pasajeros, dinero con las cancelaciones y el crédito del Gobierno, cuya paciencia también empieza a agotarse. La opinión pública no se ha posicionado claramente en contra de los pilotos, como en otras ocasiones. Las huelgas de Semana Santa
se prevén muy complicadas para Iberia: sin espacio en los aviones para recolocar el pasaje y sin hoteles para hospedarlos.

ESTRATEGIAS

El consejero delegado tenía sobre la mesa dos estrategias: acelerar la descomposición de Iberia y traspasar el máximo de aviones este año, o renunciar a su plan y negociar con los pilotos de la matriz. La llegada al mercado de pilotos con experiencia podría facilitar la primera estrategia, pero el coste de la operación aumentaría enormemente para IAG debido a una plantilla sobredimensionada y el recrudecimiento de las movilizaciones en Iberia.

Las espadas siguen en alto. Justo Peral insiste en solucionar este conflicto en la mesa de negociación. En una asamblea abarrotada, los pilotos imponen a la Sección Sindical el compromiso de no aceptar ningún acuerdo sin la readmisión de los pilotos despedidos y aceptar la Express únicamente si se hace dentro del escalafón de Iberia.

El Sepla sabe que esta batalla será muy larga y así se lo ha hecho saber a sus pilotos. Las consignas se repiten cada día: habrá que tener paciencia y permanecer unidos; una compañía aérea no puede funcionar sin sus pilotos.

EL GOBIERNO INTERVIENE

La intervención del Gobierno llega el lunes 12 y obliga a ambas partes a alcanzar un acuerdo con ayuda de un mediador. Tras la asamblea, el Sepla –que desconvoca las huelgas- está obligado a aceptar una solución que contemple una Iberia Express con pilotos de Iberia. Por su parte, Iberia advierte al futuro mediador que lo que se negocia es el convenio colectivo, no Iberia Express.

Los pilotos aspiran a no ganar botín alguno, más bien al contrario. Simplemente quieren que no se desvíe la producción a una filial, porque eso es lo que se pactó en su día con la dirección de Iberia. Quieren asegurar la progresión profesional de los copilotos y no ver peligrar artificialmente su puesto de trabajo. Iberia aspira a que se reconozca el libre derecho de la empresa a crear Iberia Express y traspasar producción, aunque contradiga lo pactado con los pilotos.

Nadie sabe cual es el futuro de Iberia Express, qué será de Sánchez-Lozano o del propio Sepla, pero todo apunta a que alguien va a tener que ceder y cambiar su discurso o estrategia.

Aquí sólo hay una salida: la negociación.