Recientemente han salido estudios sobre la salud de los pilotos, y uno de los factores que más se ha encontrado en las tripulaciones es la deshidratación en vuelo. Con largas jornadas de vuelos, con ritmos a veces muy altos, a veces sencillamente se nos olvida beber agua. Con la llegada del verano, esta situación puede llegar a representar un serio problema.
Cuando eres alumno, durante tus vuelos de escuela tratas de estar concentrado al máximo en tu clase, en un estado de alta tensión. Y durante el tiempo de vuelo, no tendrás prácticamente tiempo para pensar. Por suerte, la duración de los vuelos de escuela, no es demasiado prolongada, y pronto podrás hidratarte correctamente.
Si eres instructor de vuelo, tus jornadas de vuelos serán a veces muy amplias. Y el tiempo entre un alumno y el siguiente apenas te dejará tiempo para ir al baño. Para combatir la deshidratación te recomiendo que lleves botellas de agua de casa, incluso botellas de agua congelada para ir bebiendo agua fresca a lo largo de la jornada. Así podrás beber tanto en tierra como en vuelo si lo necesitas.
Estás expuesto durante muchas horas, dentro de un pequeño avión en el que las temperaturas en ciertos momentos pueden ser muy altas. Y recuerda, eres el instructor, no te recomiendo ponerte malo y sufrir deshidratación o un golpe de calor…
En el caso de un piloto de aerolínea, la deshidratación puede ser algo más sutil, pero no por ello, menos peligrosa. Los aviones presurizados suelen resecar mucho el ambiente en cabina. Si le añadimos la ingesta de café o té en vuelo, que son diuréticos, iremos más al baño… Necesitamos compensar esa deshidratación bebiendo agua con frecuencia, incluso cuando en ocasiones no tengamos sed, para mantener un buen nivel de hidratación.
Protección frente a la deshidratación en vuelo
Los síntomas que se muestran al iniciar una deshidratación pueden ser boca o labios secos, sequedad en los ojos o nariz, dolor de cabeza o un cansancio mayor del habitual. Si además estás expuesto al sol, las posibilidades de insolación aumentan exponencialmente y la deshidratación será más rápida. En esos casos trata de protegerte también de la exposición directa al sol, especialmente en los meses de más calor.
Como ves, volar un avión también conlleva vigilar nuestro nivel de hidratación, igual que chequeamos el nivel de aceite en cada vuelo, y anticiparnos a las posibles deshidrataciones. Si no eres muy asiduo a beber agua, puedes recurrir es a la ingesta de fruta o gelatinas, que te aportarán algo de hidratación puntual para el día.