Mandos de vuelo que se controlan con la mano izquierda, con la derecha, mandos con forma de cuernos, bastones, sidesticks, con forma de i griega (y)… ¡de todo!
Cambiar de mandos de vuelo puede parecer la cosa más absurda del mundo, pero es donde realmente vas a poder ver y valorar tu capacidad y tu rapidez para adaptarte al entorno.
Lo viví especialmente en mi etapa en la que movía ultraligeros por Europa. Vi «artefactos» infernales, con unos mandos de vuelo completamente disparatados, a los que debía adaptarme en cuestión de minutos para poder trasladar el avión del punto A al punto B. Todo un desafío para un cerebro que se resiste a los cambios.
Frenos que pasan de estar en los pies a estar en palancas de mano -en manetas-, en los propios mandos de vuelo… Todo un sin fin de opciones disparatadas.
Sin ir más lejos, en las Tecnam que volaba los frenos eran una palanca en el pedestal central. Lo que obligaba durante los aterrizajes a cruzar las manos entre esta palanca y los mandos de vuelo y los gases del avión… Toda una aberración para el sentido común.
Tu capacidad de adaptación se ve entonces puesta a prueba en cada cambio relevante, como los que he comentado.
Cambiando mandos de vuelo
Al principio estos cambios te provocarán un gran trastorno, sentirás que no tienes ni idea de cómo manejar el avión, y te sentirás bastante incómodo.
Pero si logras enfrentarte a esta sensación las suficientes veces, llegará un punto en el que te podrás adaptar a casi cualquier cosa de un modo rápido y eficaz. Por extraño que sea el avión que vueles.
Casi de forma inconsciente, crearás un mapa mental en tu cabeza en el que dará igual la posición o forma de los mandos, y serás capaz de enfrentarte a ello sin sentirte incómodo o torpe.
Si eres alumn@, y estás en tus últimas fases de instrucción, pide a tu instructor volar un día desde el otro asiento. Para poder enfrentarte a esta sensación y ver cómo lo afrontas y cómo te adaptas a ella. Si te cuesta, si lo ves imposible, si te apañas en pocos minutos, etc.
Conducir un coche en el lado derecho es algo parecido. La primera vez que lo probé fue unas semanas después de sacarme el carnet de conducir. En el aeropuerto, con la maquinaria de rampa, y aún recuerdo la sensación de… «en una de estas, me doy contra algo…!». Pero al poco tiempo conducía toda esta maquinaria con soltura por el aeropuerto, ya fuese sentado en un lado o en el otro.
Prueba, desafíate y descubre tus límites.