¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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BOEING

Por sus previsiones de futuro

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No es la primera vez que los oráculos de Boeing anuncian tiempos prósperos para el sector aéreo. Las previsiones de ventas de aparatos, revisadas en diversas ocasiones y siempre al alza, así lo atestiguan. Pero la publicación coincidiendo con la emblemática feria de Oshkosh y la celebración de sus primeros cien años de existencia de una aproximación a cifras concretas referidas a la necesidad de pilotos, TMAs y TCPs de aquí a 2035 resulta una novedad, aunque no una sorpresa.
En el horizonte de las dos décadas venideras la necesitad de personal en el sector se disparará. Para ello solo hace falta atender a algunos indicios concretos. El primero de ellos, y más evidente, son las perspectivas comerciales de los grandes fabricantes. Tanto Boeing como Airbus, y en menor medida Embraer y Bombardier coinciden en una halagüeña progresión ascendente de las ventas. Tanto que países como China o Rusia han decidido embarcarse también en tan substancioso viaje sacando al mercado sus propios modelos.
Otro elemento importante lo constituye la obsolescencia manifiesta de los aparatos, que obliga a substituirlos por otros más eficientes y respetuosos con el medio ambiente sin dejar de hacer frente al crecimiento de las áreas en expansión del globo.
Y por último pero no menos importante, especialmente en los países que como el nuestro han experimentado la peor crisis en lo que va de siglo: La falta de relevo generacional. La escasa formación de pilotos en los últimos años comporta un vacío generacional de difícil solución a corto plazo. Los pilotos, como cualquier mortal, son perecederos. ¿Quién cubrirá la demanda cuando la generación actual alcance la edad de jubilación?
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JUAN JOSÉ HIDALGO

Por sus múltiples «asuntos pendientes»

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El breve respiro que ha proporcionado al patriarca de Air Europa la tregua pactada con los pilotos del Sepla habrá sabido a poco, habida cuenta de los repetidos varapalos que le han propiciado en estas pasadas jornadas distintos estamentos judiciales.
Enumerando, si el pasado martes la inspección de trabajo determinaba como «improcedente» la tasa de 60 euros aplicada a los aspirantes a encontrar un empleo en las convocatorias para cubrir plazas en Air Europa Express, dos días más tarde recibíamos la noticia de la decisión del Tribunal de Recursos Contractuales de fallar contra la adjudicación por parte del Ministerio del Interior -ocupado en funciones por Jorge Fernández Díaz– de los vuelos de deportación a favor del grupo Barceló. Es decir, Air Nostrum.
A la vista de los acontecimientos, parco bálsamo habrá representado el acuerdo con el Sepla para desconvocar la huelga. Las situaciones como la que nos ocupa, fruto de un estilo de gestión más bien decimonónico que poco o nada tiene que ver con un sector del siglo XXI como el del transporte aéreo, casi siempre acaban convirtiéndose en una enorme madeja difícil de controlar que se revuelve contra de quien la ha propiciado y alimentado. Después de todo, no debemos olvidar que quien siembra viento corre el riesgo de cosechar al final una buena tormenta.